Economía Donut🥯
¿Qué piensas cuando oyes hablar de "progreso económico"? 🚀 Durante años, hemos aprendido que el progreso depende de hacer crecer la economía: construir más, producir más, consumir más. Sin embargo, cada vez que alcanzamos un "más", también parece que perdemos algo. Nuestro aire se ensucia, nuestros mares se llenan de plástico y el cambio climático avanza. Entonces, ¿qué tan sostenible es este progreso?
🥯 ¿Qué significa realmente la Economía Donut?
La Economía Donut, propuesta por la economista Kate Raworth, nos da una alternativa a este modelo de crecimiento sin fin. Imagina una dona, donde el centro representa los mínimos necesarios para que todos vivamos con dignidad: educación, salud, vivienda, trabajo, igualdad, acceso a agua y energía. Son esos derechos humanos esenciales que todos necesitamos para prosperar. Y, claro, el anillo exterior de la dona es como el "límite" de los recursos que podemos tomar del planeta sin romper sus sistemas vitales, como el clima, la biodiversidad, el agua, la calidad del suelo y la estabilidad de los ecosistemas.
El desafío es permanecer en el "anillo de vida" de la dona 🌱: el espacio en el que todas las personas tienen lo necesario para vivir bien, sin explotar o dañar el planeta. Es una nueva visión que sugiere que el éxito económico de verdad no se trata solo de acumular y crecer, sino de lograr un equilibrio.
🌆 Ejemplo real: Ámsterdam, la ciudad pionera en Economía Donut
Ámsterdam, en los Países Bajos, ha decidido aplicar esta teoría en su planificación urbana. ¿Cómo? 🤔 En lugar de simplemente construir nuevos edificios o mejorar sus cifras de PIB, han decidido fijarse en el bienestar real de sus habitantes y en el impacto ambiental de sus actividades.
Por ejemplo, Ámsterdam ahora prioriza la construcción de viviendas sostenibles, que consumen menos energía y son accesibles para todos. También ha lanzado políticas para promover el uso de energías renovables y reducir los residuos. En pocas palabras, busca convertirse en una ciudad que prospera en el espacio seguro de la dona. Y no se trata solo de grandes cambios: también es algo que cada ciudadano puede apoyar y sentir en su día a día, como ver menos plástico en las calles, tener transporte público limpio o disfrutar de aire más puro 🌬️.
💬 Reflexión: ¿Cómo aplicar la Economía Donut en nuestra vida cotidiana?
La Economía Donut no es solo un concepto para las grandes ciudades o los gobiernos. Nos invita a reflexionar sobre nuestras propias decisiones diarias y cómo éstas pueden alinearse con un futuro sostenible. ¿Te has preguntado alguna vez…?
¿Qué tan necesario es lo que consumo?: Al elegir productos locales, de comercio justo o de producción sostenible, estamos apoyando una economía que no sólo produce, sino que también cuida y respeta el planeta. 🌿
¿Cómo puedo reducir mi huella?: Reciclar, usar menos plástico, elegir el transporte público o caminar más. Son decisiones pequeñas que, juntas, suman un gran impacto. 🚲
¿Estoy apoyando a quienes lo necesitan?: La Economía Donut también habla de inclusión. Invertir en productos o negocios que apoyan a la comunidad o aportan a la equidad es una manera de promover una economía justa para todos.
La Economía Donut nos recuerda que nuestras acciones individuales forman un todo, y que cada elección puede contribuir al bien común.
💡 Un llamado a repensar el progreso
La pregunta clave de la Economía Donut es: ¿Queremos seguir midiendo nuestro éxito solo con cuánto producimos? Porque si seguimos esta lógica, estamos limitados a un mundo donde el crecimiento económico va por encima de nuestra calidad de vida y la de las generaciones futuras. 🌱
Este modelo nos inspira a imaginar un mundo donde la economía no sea una "carrera sin fin" hacia más y más, sino un sistema que busca un equilibrio, que prospera sin explotar. Nos da una nueva perspectiva, donde la riqueza no se mide en recursos agotados o en montañas de productos, sino en una sociedad más sana, más igualitaria y con un planeta habitable.
🚀 Un reto para todos
La transición a una economía del tipo Donut puede sonar ambiciosa, pero cada vez son más las ciudades, las empresas y las personas que están dando pasos en esta dirección. No se trata de renunciar al progreso, sino de redefinirlo, de encontrar nuevas maneras de satisfacer nuestras necesidades y nuestras aspiraciones sin sobrepasar los límites del planeta. 🌎✨
Así que la próxima vez que pienses en tu comunidad o en tus propios hábitos de consumo, pregúntate: ¿estoy contribuyendo al tipo de mundo que quiero ver en el futuro? Porque la verdad es que el cambio empieza en cada pequeña decisión, y cada uno de nosotros tiene el poder de ayudar a crear un mundo más justo y sostenible.
¿Estás listo para ser parte del cambio? 💪🌏, por si acaso aún te hace falta inspiración te dejo el libro de la buena de Kate
Hasta pronto!
Dani Andreu